
El truco científico para pelar huevos duros sin perder la paciencia
¿Quién no ha terminado con media clara pegada a la cáscara al intentar pelar un huevo duro? Esa sensación de “odio eterno” es casi universal. Pero tranquilos, que aquí viene la ciencia al rescate.
El truco es tan simple como añadir un chorrito de vinagre al agua de cocción. ¿Por qué funciona? 🤓
La explicación científica (sin aburrir)
La cáscara del huevo está formada principalmente por carbonato de calcio. Cuando añades vinagre (ácido acético), se produce una reacción que empieza a debilitar esa estructura y a disolverla muy ligeramente. El resultado:
- La cáscara queda más porosa.
- La membrana interna se despega con más facilidad.
- Tú no terminas lanzando el huevo contra la pared.
Cómo hacerlo en tu cocina
- Pon los huevos en un cazo con agua fría.
- Añade una cucharada de vinagre (vale el de vino, manzana o el que tengas a mano).
- Lleva a ebullición y cuece el tiempo que prefieras:
- 6–7 min → yema jugosa.
- 9–10 min → yema firme.
- Enfría en agua con hielo (otro truco infalible).
- Pela y disfruta.
Bonus tip
Si quieres subir de nivel, añade también un pellizco de sal al agua. No cambia el sabor, pero ayuda a sellar posibles grietas en caso de que algún huevo se rompa durante la cocción.
✅ Con este sencillo paso, tendrás huevos duros perfectos, listos para ensaladas, pintxos o para comértelos con un poco de mayonesa casera.
